Clases, ¿presenciales o virtuales?

Es sabido por todos que con la pandemia actual que asola Europa, se han tenido que tomar medidas drásticas y arriesgadas en muy poco tiempo con consecuencias muy notables e importantes.
Una de estas decisiones son el impartir las clases con la totalidad o una parte del alumnado en sus hogares. Es una medida pensada para evitar una conglomeración de gente tanto en el aula como en el centro educativo. Pero se ha pensado en las consecuencias que puede tener una clase retransmitida a partir de una cámara hacia unos adolescentes que, ya de por si les cuesta concentrarse en clase, están pensando más en que harán al terminar las clases que en atender la lección del sintagma adverbial.
Es cierto que desde casa puedes consultar datos en Internet en tiempo real, o hacer actividades con contenido multimedia. Pero estos argumentos se pueden volver en tu contra, te distraes con más facilidad; al estar en tu propia casa estás más cómodo y te relajas más, olvidándote por momentos de que estas en clase, ese breve periodo de tiempo puede ser la diferencia entre un notable y un suficiente o mucho peor. Todo esto contando con que tengas una red de Wifi estable, si no es así será mucho más difícil prestar atención a las clases.
De la manera tradicional, en el aula presencialmente, no hay esos problemas tecnológicos que ocurren en la modalidad online, el profesor puede brindarte un apoyo más individual y hay una mayor interacción entre docente y alumno, lo que ayuda a incentivar un mayor desarrollo de la clase y, a mi parecer, un mayor entendimiento.

Es por lo tanto, que se prefiere más acudir presencialmente  a clase que quedarse en casa.
Rodrigo

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